Young Abdel Mahdi (Shahmay) was only 18 years old,
And he's lost upon the road to peace
Out upon the road to peace.
Silba en el viento dentro de mí. Estoy desnuda. Dueña de nada, dueña de nadie, ni siquiera dueña de mis certezas, soy mi cara en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara. (Galeano)
En el viaje a la cima encontré a unos monjes que se me antojaron budistas, no sé por qué aceptaron nuestra presencia e incluso consintieron en acompañarnos.
(Oscar Wilde)
Ahora unos trajes transparentes se adaptaban a las radiaciones de forma autónoma y automática. Era como una segunda piel inteligente. De esta forma vivíamos constantemente como dentro de un preservativo gigante.
Ya nadie recordaba el contacto con otro cuerpo, casi era difícil notar el propio.
Existía una facción que mantenía firme la idea de que aquella no era forma de vivir. Apelaban a la naturalidad de la vida, a la necesidad de movimientos a auténticos que nos permitiesen volver a sentir, a recuperar nuestro tacto. A mí sinceramente, me parecían unos maniáticos, un movimiento casi sectario.
No eran más que tonterías aquello que decían, un suicidio. Ya nos habían enseñado, desde que nacíamos, que si nos quitábamos nuestros trajes aislantes, no sobreviviríamos.
Me interesé en su ideología no fue más que por un proyecto que me había encargado la Casa Matriz, esa gran madre que nos proveía de sintético alimento espiritual y material.
Mi investigación me llevó involucrarme mucho profundamente de lo que yo esperaba y pronto me gané la confianza de estos revolucionarios y me mostraron su gran secreto, lo que ellos denominaban “cámaras de ventilación”.
En estas cámaras, los muy locos se deshacían de sus trajes exponiéndose a …. Sentir, pero esto no significaba nada más que el principio de su gran proyecto, por el que pretendían extender este peligroso hábito por la faz de aquella tierra.
Tuve que probar, aún jugándome la vida, todo por la Gran Casa … pero todo cambió, sorprendentemente, a pesar de la extrañeza que aquella sensación primigenia volví a sentir, en realidad, sentí por primera vez en toda mi vida.
Ahora les estoy ayudando con el proyecto final, vamos a quemar todas las fábricas y sus trajes porque tras años de investigación, la facción ha descubierto la Gran Mentira creada por la Casa Matriz cuyo único fin ha sido separarnos y no dejarnos sentir, de forma que fuésemos productividad al ciento por ciento.
Sólo deseo que el planeta pueda aprender a sentir porque aunque también he descubierto que es en muchos casos doloroso, es realmente saber vivir.
Tenía dos amigas muy especiales desde que era muy chica. Sí, claro que siempre he tenido amigas, pero éstas en concreto siempre habían estado conmigo a lo largo del tiempo. Quiero decir "en mí".
Empezaron a hablar mucho antes que yo pero la verdad es que no se prodigaban mucho. Solían permanecer calladas y taciturnas en un rincón, parecían medio adormiladas. Así que yo jugaba con otras, en la gran mayoría de las ocasiones, mucho más alegres. En uno de mis cumpleaños de adolescente entre las dos me regalaron un espejo con el que jugábamos a disfrazarnos y mirarnos como si fuésemos otras tres. Sólo había un problema, ellas, por incorpóreas, empezaron a alimentar hacia mí una terrible envidia y ese fue durante años su único alimento. Ls críticas no se hicieron esperar. Empezaron a hablar y entre susurros, empezaron a expresarme sus pensamientos, especialmente, sobre mi persona.
En un primer momento eran casi inaudibles sus conversaciones, no eran más que cuchicheos. Ellas mantenían su amistad mediante secretos, yo mantenía los míos con mis sueños de vida. Dejaron de ser "juegos de niñas". Los comentarios eran cada vez más altos, cada vez más crueles.
Tanto les gustaba el juego del espejo, que allí decidieron quedarse. Me esperaban por la mañana y esperaban ansiosas por la noche para que les contase lo que me había ocurrido durante el día. No tenían vida, así que trataron de hacerse con la mía, me decían que en realidad lo hacían por mí bien, para que la gente me apreciase, me quisiera y me respetase.
Aún peor fue cuando crecieron y ya del espejo no se movían. Así que cada vez que a él me asomaba: hacían que pareciese otra persona. Me disfrazaban el reflejo sin que me enterase convenciéndome de la verdad de aquel reflejo de su espejo de muerte. Si por un momento yo quería ver mi reflejo auténtico, mirar hacia el otro lado ya estaban ellas para recodármelo y me señalaban, se reían y cuando esto no funcionaba me regañaban e insultaban.
Eran insaciables saciadas, lo único que habían llevado a su boca era un "basta". Se habían hecho con mi espejo, al que ya no podía acercarme sin que pudiera ver nada más que un esperpéntico reflejo, pero tampoco esto era suficiente para ellas.
Un día me, casi sin fuerzas conseguí levantarme y acercarme hasta una foto, era mi imagen. No podía reconocerme, no podía encontrarme. Ahora mi piel casi transparentaba mis huesos, eran casi un reflejo de ellas, carentes de cuerpo se habían hecho con el mío, ahora era el reflejo de ellas.
Más tarde me enteré, que son dos gemelas malditas. Parece que no pudieron ni quisieron disfrutar de su vida y ahora acosan el mundo terreno haciéndose pasar por amigas, única y exclusivamente para hacerse con sus vidas. Los torturan con sus palabras y hechizan los espejos, haciendo que estos las engañen trastocando los reflejos de sus figuras.
Su único objetivo es no dejar vivir, que el resto pague sus estúpidas frustraciones, sus obsesiones y manías, su amargura, su falta de amor, de cariño y todo, a través de una lenta agonía.
Querían ser yo y para ello, yo tenía que desaparecer. Pero en esta ocasión yo tuve suerte porque pude transformar su espejo de muerte en mi espejo de vida. Espejo que las expulsó de mi cuerpo y devolviéndomelo a mí, además de mi alma, mi cabeza, devolviéndome el gobierno de toda mi vida.
Así que por favor, tengan cuidado porque me han contado que aún están haciendo de las suyas causando estragos y danzan por ahí libres todavía. Cuídense de Ana y Mía.