lunes, abril 25, 2011

El coleccionista.




“Totalmente.”. “Estas fueron sus últimas palabras: totalmente acabada. Años buscando, indagando, negociando. Años sin otro fin en la vida que localizar todas las piezas de la colección. Tantos años atesorando. Años sin atender a razones, sin atender casa, familia, ni trabajo. Años de vida desperdiciados en esos estúpidos retablos. Y ahora, muerto, yo, su nieto, no tengo más remedio que ponerlo todo a la venta para tener con qué enterrarlo. El de madera de cerezo estará bien. Esto aún puedo pagarlo”.

(Serie 3: Relato 3)

jueves, abril 14, 2011

El escondite


Totalmente. En silencio. Ya no se oye a nadie. Desde el escondite dentro del armario, asoma la vista a través de una minúscula rendija. No hay luz. Espera unos segundos mientras el corazón vuelve a retomar su normal frecuencia cardíaca. Por fin se han ido y no les han encontrado. Siempre había utilizado este escondrijo para huir de los ataques de su hermano...ahora de aquellos uniformes grises.

" ¡¡Dios mío!!, ¿¡¡ el bebé!!??". Había tenido que taparle el llanto con la mano.."¡Dios!, ¡¡no!!, ¡por favor!", suplicó hacia sus adentros. A tientas pudo acertar a palpar su pecho con la mano y darse cuenta de que todavía, aún en la oscuridad, la niña llamada República, seguía respirando.

(Serie 3. Relato 2)

jueves, abril 07, 2011

Amor en quilates





Totalmente. Pulido, perfecto. Aristas máculas. Talle limpio. Corte preciso. Engastado excelso. El diamante perfecto, será para siempre, el oro no tanto. Veintidós quilates, oro italiano brillante, dorado, pero como el amor, cuantos más quilates posea una pieza, su existencia será más breve puesto que antes se irá gastando. Contra la creencia popular, resulta ser un material muy blando. Se lo entrega al ilusionado novio y le ofrece sus mejores deseos. Y por si no lo sabe, le advierte que de tanto en tanto, habrá de pulirlo y rodiarlo. Y que siempre, habrán de cuidarlo.

(Serie 3. Relato 1)

Serie 3: "Totalmente".




En esta ocasión, la frase de entrada se reduce a adverbio:

"Totalmente"

viernes, abril 01, 2011

El sabor de la venganza




“Con este amargor tan extraño”.- Pensó- “¿venganza?”- miró el café- “Ni servida en frío se le quita este sabor amargo”. -Dejó con hastío la taza y periódico del día a un lado. -“No es divertido saber que he ganado si son tan fáciles de corromper, tan débiles, tan...¡bah!, ni siquiera me apetece planear algo malvado hoy”.

“¡¡¡¡Eva!!!!!, ¡¡¡¿¿llevas conmigo una eternidad y aún no sabes cómo me gusta el café???!!!”- Rugió-. ¡¡¡Me voy al bar de arriba!!!”. Batió sus negras alas y salió volando. Y el polvo de azufre de sus alas cayó al vaso.

(Serie 2. Relato 2)