lunes, septiembre 03, 2007

Matrimonios de tradición


Las "damas" emperifolladas y pintadas con total ausencia de arte, se miraban burlonamente entre sí. Se sonreían unas a otras mientras se daban algún que otro golpecito cómplice o un "sutil" codazo.

Viejas urracas. Mantenían la falsa apariencia de orgullo pintarrajeado de prepotencia.

Eso sí, al volver a casa arrastraban su orgullo ante aquel que se convencieron fue el hombre amado, llevándole las zapatillas, la pipa y el tabaco. Suplicándose a sí mimas el poder mantenerse en la creencia de estar enamoradas puesto que en vez de intentar alcanzar sus esperanzas, las habían puesto en sus queridos y flamantes "mariditos", para, en el caso de no lograrlo, estar ellas exentas de culpa del fracaso de sus vidas y poder volcar su frustración con aquelos pequeños seres que habíanse visto obligados a convertirse en dioses que sacasen a aquellas brujas de su hastío.

Desconozco la psicología masculina como tal y denigrante me parece tener que aprenderla para entendernos. Lo que sí bien conozco es la psicología de "el Hombre" porque a esa clasificación pertenezco y por ello entiendo que no existe yugo si no existen vencedores ni vencidos. No hay guerra de poder, sino cohesión. Así que no me pidan que claudique siendo además "rendición" el término. No han de preocuparse, yo firmo por la unión, no por la anulación. Así que Razón será quien sea juez de nuestro encuentro.

¡Ah! lo siento madre ya sabe usted que yo me comprometo, pero no me caso si con ello he de entregar como prentenden, como hicieran ustedes, en vez de mi corazón, mi otro más preciado bien, mi cerebro.

3 comentarios:

Gatopardo dijo...

Pues quien entrega su libertad no la merece. Quien entrega su cerebro quizá no tenga tanto cerebro.

ronroneos, querida marea

Unknown dijo...

*Querido Gatopardo,

jeje... totalmente de acuerdo.

Es por ello que esto es precisamente algo así como una proclama al "compromiso del corazón con el amor" y al "del cerebro con uno mismo". Comparto mis ideas y entrego mi corazón, pero no al revés.

Oleadas de besos.

Anónimo dijo...

Qué fuerte post! Sin embargo, creo que las que entregan el cerebro son, precisamente, aquellas que depositan sus sueños e ideales en la vida de otro.
Gracias por tus comentarios a mi blog.
apuntesdesdebarcelona.ciudaddeblogs.com