miércoles, enero 31, 2007

Leyenda Sioux



Cuenta una vieja leyenda de los indios sioux que, una vez, hasta la tienda del viejo brujo de la tribu llegaron, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.

- Nos amamos - empezó el joven.
- Y nos vamos a casar - dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo.
- Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán.
- Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos.
- Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor- repitieron-, ¿hay algo que podamos hacer?.

El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.

- Hay algo...-dijo el viejo después de una larga pausa-. Pero no sé....es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa- dijeron los dos.
- Lo que sea- ratificó Toro Bravo.
- Bien - dijo el brujo -, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?La joven asintió en silencio.Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la cima, encontrar la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta....salgan ahora.

Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.

- ¿Volaban alto?- preguntó el brujo.
- Sí, sin duda. Como lo pediste...¿y ahora?- preguntó el joven- ¿lo mataremos y beberemos el honor de su sangre?.
- No- dijo el viejo.
- ¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne? - propuso la joven.
- No- repitió el viejo. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero...Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

- Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a hacerse daño uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, "vuelen juntos pero jamás atados".

. (Esta leyenda la encontré navegando por este inmenso océano cibernético.
Lamento no poder indicarles el lugar con alguna exactitud.
Ha sido en el día de hoy cuando me apetecía compartirla con ustedes, espero la disfruten).
. Oleadas de besos .

jueves, enero 25, 2007

La evocación del agua

~Figura surgida mediante la meditación concentrada en el amor~


He leído en distintos lugares que el agua nos envía su particular respuesta a emotivos mensajes pero ustedes ya lo sabían, ¿verdad?.

El asunto es que hace algún tiempo leí sobre las hermosas figuras, como mínimo por lo extraordinarias, que resultaban tras congelar el agua habiendo trasmitido mensajes a la misma durante este proceso y hace muy poco alguien me lo ha recordado.

El experimento lo ha llevado a cabo el japonés Masaru Emoto, imposible evitar la tentación de hacer un juego con su apellido... bueno, por esta vez seré buena y seguiré con el tema.

Lo curioso de este experimento, son las distintas formas que adquiere el agua al solidificarse, según el tipo de mensajes que “escucha”.

Ahora habría que ver el resultado de esa idea extrapolada al ser humano, que en su mayoría consta de agua por composición. Pero también en su mayoría, está compuesto de manipulación.

Los mensajes subliminales, por ejemplo, los llevados a cabo mediante imágenes insertadas en una milésima de segundo y los no tanto, como cualquier anuncio en el que repetir tres veces la palabra clave, normalmente el nombre del producto, es la consigna, afectan a nuestra conducta sin duda alguna. Ni hablar de las órdenes o del conocimiento inducido durante el sueño, ¿será esta la forma en que el agua reaccione?¿nos oirá como en un sueño?

En contrapartida, si podemos realizar estas fechorías a través de mensajes con evidente interés lucrativo, podremos creer también que “si nuestro corazón es limpio podremos purificar nuestro entorno”, es decir, volcar todo nuestro altruismo aunque sea a través de la meditación y de la emisión de mensajes positivos.

No sé si ahora debiéramos de creer en las oraciones, aunque siempre he creído en el poder de la palabra, máxime si se dice con sentimiento o emoción.

¿Y no les intriga qué es lo que habrá escuchado la nieve?¿y el granizo para tomar por iniciativa propia esa forma que le da nombre?

Terrible curiosidad al enterarme que este experimento no funciona con el agua del Océano, tan misteriosa ella, tan indiferente a nuestras continuas ofensas que ni se congela ni demuestra sus formas, tal vez para recordarnos que ella es el agua primigenia.

Les indico algunas direcciones donde podrán encontrar más información:

http://www.concienciasinfronteras.com/paginas/CONCIENCIA/emoto.html
http://www.oshogulaab.com/NUEVAFISICA/Mensajes_del_Agua.htm
http://pobladores.lycos.es/channels/planeta_tierra/Rincon_Hapui/area/4/subarea/4
http://www.muscaria.com/emoto.htm

jueves, enero 18, 2007

Estado en blanco

Dicen que no se puede escribir en estado de felicidad y desde luego él quería descubrir qué era la felicidad, así que se puso manos a la obra.

Se trataba únicamente de poder encontrar el camino que condujese a ese estado en blanco, de felicidad absoluta y lo extrapoló a un sencillo ejercicio: se plantó delante de un folio de ese mismo color. Permaneciendo allí, mirándolo fijamente. Pasaron horas. Nada. No pudo por menos que irse a descansar con la firme promesa de permanecer inmutable ante tan virginal adversario.


Probó nuevamente nada más despertarse. Los resultados fueron los mismos. No encontraba la felicidad y eso le preocupaba, pero lo peor era que contínuas imágenes se configuraban en su cabeza, figuras de distintas formas, personas de rasgos claros y precisos, colores preciosos casi indescriptibles, lugares recónditos, historias increíbles. ¿Significaría aquello que no era feliz?.

Trató de ignorar todos aquellas letras que se le amontonaban. De hecho, aquello no hizo más que empeorar. Había dejado de escribir por su "pequeño experimento" que ahora se transformaba en prueba hercúlea. No podía dejar de tratar de otorgarles fin a sus historias porque habría sido como dejar innumerables huérfanos, que nada más trataban de abrirse paso para llegar su destino... esa hoja de papel que ahora amenazaba con permanecer inmaculada para los restos.

Mientras trabajaba en su pequeña librería hacía terribles esfuerzos por no mirar aquellos tickets que debía entregar a los clientes.. esos pedacitos de papel que reclamaban su atención y exigían terminase sus historias, aunque fuese en los márgenes. Otro recibo, suponía un nuevo esfuerzo por controlar ese impulso que lo instaba a escribir.

La vez que tuvo que entregarle pluma en mano uno de esos papelitos que debía ser firmado, no pudo más, sujetó la pluma con firmeza salió a la calle y comenzó a escribir en cada papel que encontraba a su paso, con la única idea de conseguir llegar hasta ese papel en blanco. Pero lo cierto es que nunca llegó.

Se dice que le han visto, dejando notas en los bolsillos a los transeúntes con breves historias por las calles. Se dice que le han encontrado en bares y restaurantes, escribiendo en las servilletas, facturas y hasta en los delantales. Eso sí, siempre con una cara de felicidad exultante.

lunes, enero 08, 2007

Maleta de recuerdos


Arrastraba fatigosamente aquella enorme maleta. No la recordaba ni tan pesada ni tan grande, tendría que haberlo pensado antes de cargar con aquello.

En fin, no le quedaba otra que seguir dándole empujones y tirones, mientras sus zapatos persistían en el tonto empecinamiento de resbalar en el asfalto congelado con la última helada. Parecía aquello un baile a tres pistas de aprendices de patinadores artísticos sobre hielo, siendo el espectáculo central él y su maleta. No pensaba dejarla tirada allí después de haber cargado con ella todo el viaje... aunque dentro no hubiese nada realmente imprescindible.



En el momento de marcharse ya lo había pensado: en realidad no quería ir y ahora que volvía pensaba en toda su vida con tedio sin conseguir llegar a explicarse el por qué de su regreso.


Parecían muy lejanos esos tiempos en que no creía necesitar nada que no pudiese pagarse. No era que no valorase aquello a lo que no podía ponerse precio. Sencillamente no creía que hubiese nadie capaz de entregarlo gratis.


Había pasado mucho tiempo de observador y se había habituado a ello. No necesitaba mucho más que observar y esta necesidad de comprender a los demás mediante la observación la había ido perfeccionando con los años, de forma que casi con una sola mirada era capaz de ver mucho más allá de lo que el propio observado se habría atrevido a ver jamás.


Esto era precisamente lo que había hecho que se fuese encerrando en sí mismo cada día más, no con enfado, ira, dolor o rabia, sino con una terrible decepción que se había instalado con él y a la que no lograba echar.


Se había camuflado, procurando no desentonar, porque aunque no quisiera mezclarse demasiado, el mantener al resto a su alrededor le era totalmente necesario. Precisamente por este motivo, frecuentaba un tugurio de la zona más oscura del barrio. Allí no era necesario esperar nada a cambio, porque nunca lo habría y allí era donde todo era auténtico, aunque esa autenticidad fuese suciedad y estuviese manchada de barro.


Si en ese tiempo no hubiese aparecido ella, ni él sabía dónde habría acabado.

jueves, enero 04, 2007

Lo prefiero entonces

Prefiero entonces
que se me apaguen los ojos,
quítame entonces el ritmo
que entona mi alma.
Si he de no verte,
borra mi memoria
para no buscarte,
para no vivir
en tu recuerdo constante.

Prefiero entonces
que mi cuerpo no recuerde
el calor de tu abrazo.
Si no he de tocarte,
eliminia el calor de mis dedos,
tu recuerdo de mis manos,
tu olor que imprega mi cuerpo.