Cerraba los ojos y adormilado esperaba a oír cómo pasaba aquel tren tan cercano, hasta que no lo oía no podía conciliar verdaderamente el sueño.
Entornó nuevamente los ojos y prestó atención, escuchando atentamente y entonces pasó el tren con un sonido casi imperceptible fugazmente por aquella vía que todos daban por muerta.
Entonces sonrió reconfortado por la puntualidad del sonido. Todo iba bien.
En aquel tren, por esa vía, viajaban los sueños.
4 comentarios:
El expreso de media noche, puntual.
Besitos.
*¿Eres tú el maquinista?
Oleadas de besos
Con lo que esperemos que nunca sea una via muerta :)
Besos Express
*¿y vos? ¿sois vos el Jefe de Estación?
Oleadas de besos
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