Alguna vez les he comentado los sinsabores de la vida del oficinista, pero tal vez haya omitido las alegrías, esas pequeñas alegrías que se encuentran en momentos tales como el encontrarse una máquina bien surtida con algún que otro "snack".
Pues bien, este nunca es el caso, de hecho, creo que no es más que otra leyenda urbana. Hasta se comenta que hay un hombre que repone los productos de "La Máquina"....
Cuando consigues que funcione sin tragarse las monedas sin más y hasta consigues que por fin salga algo, que ya no es ni cercano a la idea original, normalmente lo que sale es una poco apetecible barrita energética.. broma pesada donde las haya... ¿será para el caso que el tecleado del ordenador te deje agotado?, porque si no es así, necesito que me lo expliquen.
Para colmo de males, viene a medir unos cuatro centímetros. Sí, me he tomado la molestia de medirla (normalmente no tengo el mal gusto de andar hablando de medidas, pero entenderán que es importante en el caso que nos atañe).
El premio una vez desempaquetado resulta ser un amasijo de cereales con algún que otro pedacito marrón que se hace pasar por chocolate ( ja ja ja ) que hacen las veces de arroz en los pájaros, como ardilla en el bosque o como ratón en el campo, quiero decir que se esponjan en el estómago haciendo imposible su digestión tras haber conseguido tragarlas con ingentes cantidades de líquido y es ése exactamente el truco. Absorben cada gota transformándose en una indigesta pasta infame que hace peligrar la integridad física del comensal y del entorno, por riesgo de explosión inminente del infeliz que cae en esta trampa cegado por el hambre, sin duda alguna.
Así se pregunta uno si pasarán los días de su vida, siendo una bomba de relojería hasta que resulta que uno conoce al reponedor. ¡Existe! Y no sólo existe sino que además (por supuesto) es de mi barrio y me ha avisado de las horas a las que pasa y encima me deja escoger de un enorme cajón el sándwich que más me guste...
Pues bien, este nunca es el caso, de hecho, creo que no es más que otra leyenda urbana. Hasta se comenta que hay un hombre que repone los productos de "La Máquina"....
Cuando consigues que funcione sin tragarse las monedas sin más y hasta consigues que por fin salga algo, que ya no es ni cercano a la idea original, normalmente lo que sale es una poco apetecible barrita energética.. broma pesada donde las haya... ¿será para el caso que el tecleado del ordenador te deje agotado?, porque si no es así, necesito que me lo expliquen.
Para colmo de males, viene a medir unos cuatro centímetros. Sí, me he tomado la molestia de medirla (normalmente no tengo el mal gusto de andar hablando de medidas, pero entenderán que es importante en el caso que nos atañe).
El premio una vez desempaquetado resulta ser un amasijo de cereales con algún que otro pedacito marrón que se hace pasar por chocolate ( ja ja ja ) que hacen las veces de arroz en los pájaros, como ardilla en el bosque o como ratón en el campo, quiero decir que se esponjan en el estómago haciendo imposible su digestión tras haber conseguido tragarlas con ingentes cantidades de líquido y es ése exactamente el truco. Absorben cada gota transformándose en una indigesta pasta infame que hace peligrar la integridad física del comensal y del entorno, por riesgo de explosión inminente del infeliz que cae en esta trampa cegado por el hambre, sin duda alguna.
Así se pregunta uno si pasarán los días de su vida, siendo una bomba de relojería hasta que resulta que uno conoce al reponedor. ¡Existe! Y no sólo existe sino que además (por supuesto) es de mi barrio y me ha avisado de las horas a las que pasa y encima me deja escoger de un enorme cajón el sándwich que más me guste...
Claro que, “clonk”, no es el sonido que debe hacer un sándwich, como si de una nuez se tratase, si al no poder contener la emoción se te cae al suelo...
2 comentarios:
Ala, loca!! Tomas así una barrita energética, sin anestesia ni nada. Cada día es usted más osada y más amante del peligro. Cuidado con sus pies en la próxima caida de sándwich :)
Besos con reposición para cuando se le gasten.
*:):):))
La ruleta rusa del oficinista, creo que llaman a la mencionada máquina. ;)
Oleadas de besos para stock.
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