lunes, marzo 06, 2006

Hilanderas


“Con los hilos extendidos decimos mentiras, tejemos nuestra propia y reluciente verdad. Con las sobras del dolor hacemos medicinas que nos curan de nuestra imaginaria enfermedad

Contándonos, contándonos, bellas mentiras... fueron mis mejores días..."

Hilanderas de bellas mentiras hiladas con huso y rueca.

Desconozco la genealogía de estas palabras. No recuerdo haberlas pensado, ni tan siquiera haberlas leído o encontrado, sencillamente cuando me senté ante una página en blanco, de forma automática surgió un “documento recuperado” que no recordaba haber perdido y la búsqueda de su procedencia ha sido absolutamente infructuosa. Así que decidí publicarlo y si su creador@ gusta de hacerse cargo del mismo, será bien venid@. Seguiré buscando sus orígenes, mientras tanto, será mimado en este “hogar de acogida” que sigo hilando.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá mi ordenador fuese capaz de recuperar por si mismo textos como ese. ¡La de trabajo que me quitaría!
Un beso, hilandera.

Anónimo dijo...

Una vez, hace unos meses, alguien llegó a mi puerta siguiendo el hilo que había encontrado en cualquier claro del bosque virtual. Aunque el poema (que habían publicado sin citarme en otra web) no valía gran cosa (hace un tiempo que acepté que soy un prosista peculiar, pero no un verdadero poeta), la satisfacción que sentí podría compararse al sí otorgado por el silencio de esa chica a la que acabas de robar un beso.

Lo mejor de todo fue imaginar el efecto de unas palabras en alguien, como para que no cejara hasta encontrar la fuente (y para colomo, semanas más tarde, de rebote, gracias a ese lector, otro me hizo un regalo, pero esa es otra historia). Así que sigue buscando, porque le darás una alegría inmensa a quien tejiera esos hilos, si no cubrió su corazón mortal con el ovillo de la vanidad.

Te sigo.

Anónimo dijo...

¿"colomo"? en fin, al menos la errata tiene reminiscencias aviares (sin gripe), aunque nunca me gustaron las palomas, rebaños de azotea.

Unknown dijo...

*Gabi, como siempre agradecerle sus palabras, pero temo que todavía no esté ni en la catergoría de aprendiza de “hilvanadora”.

No cejo en mi empeño de, cuanto menos llegar a hilandera o tejedora en este taller de palabras donde pasado, presente y futuro parecen enredados.. sin osar a la usurpación del sitio de ninguna de las Parcas... Maestras por excelencia de este gremio.

*Sergi, ¡qué sorpresa encontrarle en mi humilde telar anegado por mis propias aguas!. Bien libre es usted de “colomarse” lo que le plazca y sino, mire cómo lo hago yo por usted de forma constante ¿Robé un beso? ;)

*A ambos, tal y como ustedes tejen, sin ayuda de utensilio alguno, creo que harían palidecer hasta a la abuelita más versada en la materia ya sea de ganchillo, crochet, hilandera de huso, rueca o método que se les antojase. ;)

Oleadas de besos hilvanados (que prometo serán primorosamente hilados y tejidos).

Gatopardo dijo...

Ah pero como adoro jugar con las madejas!!!

Es curioso como uno encuentra cosas perdidas donde menos espera. Y te diré que recuerdo a una personita que se secuestró unos escritos míos y que jamás me dijo donde estaban o si por lo menos no sufrían de hambre y frío.

Le dejo unos ronroneos al mar, que sé que sabrá cuidar de ellos y llevarlos a alguna playa paradisíaca.

Unknown dijo...

:):):):)

Siempre guardo un ovillo de la mejor lana especialmente para mi buen GatoPardo..

Sus escritos fueron tomados prestados y entre algodones guardados, como mi buen gato se merece, no hubiese consentido otro trato menos cálido.

Le inicaré dónde se encuentra la isla donde también me llevo sus ronroneos y los acicalo..;)

Oleadas de besos, para usted especialmente hilados.

Fougère dijo...

Hilos invisibles pero que permanecen intactos, no se borran, incluso con el tiempo a veces hasta parecen verdad.
Hilo, hilo, hilo...