jueves, mayo 04, 2006

Vistas a la Vía Láctea


Me compré un planetita con una gran ventana que daba a la Vía Láctea y soy vecina en período estival del Principito. Es una zona reconocida y con gran renombre por lo tranquilo y sosegado de su situación.

Damos tranquilos paseos por la Vía en la que se respira gran tranquilidad y siempre nos saludamos cordiales al cruzarnos con nuestros vecinos. Ellos portan sobreros que les protegen de las estelas de los cometas en la que los niños tienen costumbre de subirse como si de un cochecito de trenes se tratase. Ellas lucen grandes pamelas que compaginan con vestimentas de lo más dispares puesto que la tranquilidad de mi pequeño planetita estriba en que cada cual viste como le place y actúa como considera oportuno, siempre que no haga daño a nadie por otro lado cosa harto improbable ya que por un salto en la evolución, gozamos de un sistema empático que nos alerta ante cualquier situación que pudiera tornarse dolorosa, imposibilitándonos el llevarla a cabo.

Además tenemos un sistema de recogidas de dolores y penas que pasa una vez a la semana. Uno no tiene más que separarlos por retornables, como son las pequeñas molestias, sinsabores, penitas y alguna que otra decepción ó por no retornables, es decir los muy dolorosos, traumáticos. Entonces se arremolinan en oleadas de aerolitos que salen disparados por el infinito en búsqueda de otras penitas en otros planetas y van directos a unos inmensos agujeros negros que los engullen y hacen desaparecer en el tiempo. Ahora los agujeros negros cada vez son más chiquitos.

Los pájaros cantan por la noche, cantan a las estrellas para que estas sepan que recordamos que engrandecen nuestras noches con su luminosa belleza. Y los grillos son los encargados de hacer lo propio con el Sol. A la Luna vamos a limpiarla cada cierto tiempo y por eso desde su planeta, en ocasiones, sólo la ven por partes.

A veces bajamos a ver si podemos ayudarles con esos trajines que les tienen tan atareados y nos enganchamos a un cometa que pasa cercano, cada 76 años y unos cuantos tirones gravitacionales, para ver si por fin han entendido la visión cosmológica de la vida.

En la última expedición que se subió al cometa teníamos puestas muchas esperanzas y a la vuelta, resultó que llenamos unos cuantos de nuestros agujeros negros de las penitas y dolores.

Ahora estoy criando estrellas para que sean grandes y hermosas y con su haz de luz les permitan ver más claramente la auténtica belleza. Llevo muchas en los bolsillos para entregárselas en nuestra próxima excursión porque yo creo en ustedes.

(Mareablanca)

4 comentarios:

Alfredito dijo...

A mí de la Vía Láctea lo que más me gustan son los pezones.
Me preocupa la basura cósmica: toda esa escoria que convierte el espacio en un vertedero. Y es que el ser humano es capaz de transformar lo bello en espanto.
Besitos interestelares.

Unknown dijo...

*Querido Alf,

Es el único al que se le podría ocurrir semejante asociación de ideas... :):):).. será la primavera.

No se preocupe que nuestro sistema de eliminación de basuras y reciclajes funciona estupendamente, casi tanto como para hacernos cargo de "las basuras del resto". Además estamos dando cursos gratuitos, a ver si conseguimos que la Tierra se apunte. ;)

Oleadas de besos cósmicos.

Anónimo dijo...

Que precioso.
¿Podrias enviarme el personal del sistema de recogidas de dolores y penas?...o en su defecto invitarme a pasar una temporada en tu planeta?
Me reitero, un placer leer palabras tan hermosas.
Besos

Unknown dijo...

*Querida MDM,

Por supuesto podrá usted hacer uso del sistema de recogidas, de hecho estudiamos una amplicación del campo de acción del mismo y mientras hacen limpieza por donde estime oportuno, será un placer gozar de su visita en este planeta.

Muchas gracias por sus visitas y sus palabras.

Oleadas de besos interplanetarios.