miércoles, mayo 24, 2006

Despertar a destiempo





Despierto con un terrible dolor de cabeza, parece que me hubiesen estado golpeando toda la noche. Con paso indeciso en la oscuridad consigo alcanzar la cuerda para levantar la persiana por la que se entraban diminutas rendijas de luz confusa.

Esa luz daña mis ojos anegando la habitación. Todo recupera su forma y su color, pero no reconozco el entorno. Me encuentro en una habitación que me resulta tan familiar y extraña. El color morado de las paredes no es nada que yo recuerde y tampoco reconozco esa cama que todavía guarda mi forma entre las sábanas.

No me atrevo a salir de esta habitación que un segundo antes había sentido tan distinta, familiar, conocida y extraña. Tal vez alguien afuera pudiera decirme dónde estoy, si es que hay alguien.

A través de la ventana intento orientarme. Es un piso alto, tal vez un ático. Intento concentrarme y reconocer aquellos jardines que rodeaban el edificio o acaso las calles. No hay ni un alma.

Si me hubiesen preguntado por el color del destiempo, no sé si habría podido describirlo y ahora, en este preciso momento lo estoy viendo a través de esta ventana.

Unos pasos tras la puerta me indican que no estoy sola, intuyo formas que se mueven, susurros y nuevos pasos que se alejan. He de salir aunque sea para intentar volver a casa.

Una chica me observa sonriente, creo que la conozco así que la sigo sin intercambiar una palabra. Está rodeada de perros, todos parecen reconocerme menos uno que en un primer momento quiere atacarme. Me asusto pero rápidamente le doy dos órdenes que parece entender y se queda pegado a mis piernas andando entre ellas como si lo hubiese hecho siempre, ahora con una lánguida mirada.

Salimos por la puerta de la cocina e inexplicablemente estamos en un patio interior en un bajo.

Miro al cielo y esa luz del destiempo sigue iluminando el jardín, cediendo distintos tonos a los árboles y plantas. Una bandada de gorriones parecen intuir mi mirada, entro de nuevo para desmenuzar un mendrugo de pan y alzo la mano con migajas en la palma. Un pausado vuelo, más parecido a los movimientos de los peces en el agua, acercan distintos pájaros que picotean el pan que les ofrezco. Pero cuando ella se acerca algo cae en mi mano y veo que los pájaros se han transformado en una horrible rana.

Con un aspaviento, un movimiento automático, suelto el anfibio que cae sobre un arbusto cercano, queda sobre las primeras ramas y me acerco para verlo mejor. Es una rana gris, fea y parece como aplastada. Ella me mira, es el momento.Otra vez me atrapa esa luz, la del destiempo de mi amanecer en esta otra casa.Debo despertar y volver a mi cama, a mi casa. He equivocado el momento y todavía estoy en el mundo de mis sueños, en su mundo de destiempo, en el que yo vivo cada noche cuando duermo. Debo despertar a tiempo.

Despierto con un terrible dolor de cabeza, esta vez, en mi cama.

Cotumbres de destiempo en los despertares.
(Mareablanca)

5 comentarios:

Alfredito dijo...

A veces te despierta a destiempo y aún te ves allí, dormido, buceando entre la realidad y el deseo, entre el sueño y la desesperanza del asfalto.
Besitos soñados

Unknown dijo...

*A veces, hay épocas de insomnios, malos sueños, extraños despertares, ensoñaciones... si no las hubiese, tal vez no sabríamos de la existencia de esos mundos en los que habitamos casi la mitad de nuestra vida. ;)

Oleadas de ensoñadores besos.

Anónimo dijo...

Yo no describiría tus textos como esquizofrénicos ;)

Más bien etéreos, de ensoñación, angustiosos en ocasiones (como el de hoy) y muy bellos todos ellos.

Que sepas que también eres leída en silencio... ;)

Sergi Bellver dijo...

A destiempo puede estrellarse un pájaro contra la ventana que hace un amanecer estaba abierta, si se piensa demasiadas veces aterrizar en esa luz que tirita en lo profundo del bosque, en aquella casa.

A destiempo puede cerrar el durmiente la ventana cansado de esperar, cansado de ver la sombra del pájaro en zig zag sobre la luna amarilla.

A destiempo se jode uno la vida.

El momento, querámoslo o no, lo es todo.

Un abrazo.

Y gracias por seguir ahí.

Unknown dijo...

*Querido Jordi, no seré yo quien le discuta... hoy. ;)

La terminología psiquiátrica me parece una locura, de hecho creo que tendrían que inventar una nueva acepción para el caso que nos atañe, así que lo ¿dejamos en “rayando lo paranoico”? jejeje

Gracias por su visita yo, si me lo permite, seguiré cotilleando por su página.

*Querido Sergi, es fundamental el acompasamiento con el cosmos tal vez mediante el abrazo de la palabra, como ocurre en su página. ;)

*Gracias por su visita y oleadas de rítmicos besos marinos a todos y por favor, sigan escribiendo como lo hacen, es un placer poder leerles.