Mientras volvía al día siguiente por un camino directo a la tienda de Oxígeno, iba pensando en el increíble día que había sido el anterior, tras su primera visita.
Todo había ido estupendamente, había creado un espacio a su alrededor impenetrable en el que él era el único centro. Era como vivir dentro de su propia burbuja inmune a cualquier factor externo.
Además, había dormido perfectamente, como hacía tiempo que no lo hacía y se había despertado con un humor inmejorable. Claro que ya empezaba a notar que iba perdiendo los efectos de tan beneficioso tratamiento. Volvían a planear los nubarrones sobre su cabeza y por ello volvía con paso agitado hacia la tienda.
Esta vez tras el nuevo deslizamiento de la puerta, no necesitó buscar a nadie y oyó una voz que le indicaba “respire”. Eso hizo.
Hinchó sus pulmones inspirando todo ese purificador elemento y al expirar notó como cada pensamiento, cada energía negativa, salía de su burbuja protectora. Así permaneció estático en medio de la sala durante largo tiempo.
Al salir volvió a sentirse nuevo, pleno, lleno.
Ligero.
(.. continuará...)
2 comentarios:
Ande queda esa tienda :). Anda que no necesito o sacar energia negativa de mi burbuja!
Besos. ¿¿¿cuantas partes son????
*Gabi, ahora que estamos solos puedo decirte eso de "no se fíe de las apariencias"...
jajajaja queda alguna parte más... pero no se podrá quejar que son bien cortitas. ;)
Oleadas de besos.
Publicar un comentario