jueves, julio 13, 2006

"Se vende oxígeno".(V).


Por la creación de esa enorme burbuja a su alrededor, a cambio pagó el precio de su propia desaparición.

Hacía tiempo que diversos estudios demostraron la inviabilidad de seguir con este ritmo de consumo de oxígeno, por lo que había que reducirlo de forma considerable y casi a toda costa.

Hubo un ingeniero que pensó en el reciclaje del mismo, la cuestión era cómo hacerlo. Así que ingenió (haciendo honor al nombre de su profesión) este mecanismo por el que los seleccionados, serían personas que no estaban a gusto en su mundo y preferían vivir en otro, gente que decidía vivir otra realidad que no ésta, individuos que querían su mundo blanco a costa de todo. Y eso es lo que tendrían.

La forma de escogerlos era autoselectiva, ellos mismos, en caso de necesitar sobredosis reoxigenadoras eran los candidatos perfectos ya que demostraban ser un foco insaciable y perjudicial para el resto. Querían su oxígeno, su espacio y permanecer en él siempre sin más preocupación. Así que, a la larga, en caso de seguir volviendo, ellos mismos producían su transformación. Eran chupópteros de energía que se transformaban en la energía misma: el oxígeno.

No era más que una técnica para hacer respirable el mundo. Era la forma de hacer desparecer a la gente que no sabía respirar y que tampoco dejaba que los demás lo hiciese, la gente que sobraba, la que prefería no estar. Era un transformador de egoísmo puro en oxígeno puro.

Lo que respiraba al entrar era la esperanza de otra gente, de otros clientes que entraron con el deseo de que sus vidas fuesen blancas e impolutas y en vez de hacerlo en su propia vida sin evadirse, pretendieron comprar una redención en la que no participase el resto, todos los que pretendieron una salvación sin compartirla con nadie: esos eran los perfectos candidatos, esos eran los clientes seguros, los que sin saberlo, convertirían su existencia en un acto de salvación para la Humanidad.

Fin.

(Mareablanca)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y al final, llego el final.
Mereció la pena esperar. Um metodo drástico, sin duda, pero ojalá existiese un "transformador de egoísmo puro en oxígeno puro". (Sin la desaparición del egoista mejor).
Besos(A partir de ahora habrá que tener cuidado al decir eso de ¡dame un respiro!).

Alfredito dijo...

¿Ya en Puerto Rico?
¿Es rico el puerto?
Besitos.

Unknown dijo...

*Querido Gabi, llegó el final de ésta historia, que no de muchas otras. El retraso en mi respuesta ha sido ocasionado por una semana de respiro...

*Querido Alfredito, qué rica la respiración en distintas franjas horarias...mar azul.. arena blanca.. marea blanca... ;)