martes, abril 11, 2006

Vagabunda. Hora III.

puertas y más puertas ¿todas cerradas?..

Photo by Arteko


  • Hora III

El tipo que abrió me miraba fijamente, si bien yo no tenía claro que fuese por mi indumentaria, por el nuevo estilo de presentación como nueva vecina que no se estilaba por ser tan lejano a las películas americanas, o por lo que me pareció a mí más evidente ¿cuánto tiempo haría que este hombre no tenía contacto alguno con otro ser humano?

Con la puerta entreabierta pude atisbar montones de cajas de cartón esperando a ser abiertas, ¿sería él también un recién llegado?

El idioma, nueva traba.

Aquellos países en los que topes con quien topes, como mínimo sabe decir en un perfecto inglés un “lo siento, pero mi inglés es muy malo”, vaya que son bilingües casi de nacimiento, existe una posibilidad, una ínfima, para que encuentres a alguien que no entienda ni una palabra y era exactamente aquel hombre que apostado frente a mí miraba y parecía centrarse en el movimiento de mis labios mientras yo intentaba explicarle quién era y la situación en la que me encontraba.

Parece que entendió que necesitaba unos zapatos y me tendió lo que encontró más a mano, unas botas unos seis números más grandes que mi talla, así como un abrigo, que podría decir... no, no sé qué podría decir del abrigo, excepto que era grande, por las rodillas y cubierto de pelo como esas alfombras de que imitan piel de oso.

Por supuesto que se lo agradecí como pude mediante señas con una promesa de devolución que dudo que entendiese o que tan si quiera le interesase, ¿de verdad querría que le devolviese el atuendo?.

Tenía que continuar con el plan aún con semejante guisa. Respiré hondo y abrí la siguiente puerta, la que me llevaría a la entrega de las llaves. El regreso a mi nueva casa.

3 comentarios:

Gatopardo dijo...

No he podido decir nada. La historia me tiene atrapado y a la expectativa. Espero con ansia los siguientes episodios.

Anónimo dijo...

Ya somos al menos dos a la espera del fin de tanto vagabundeo ;)
Besos

Unknown dijo...

*Querido Gatopardo,

Estoy encantada de comunicarle que mi vagabundeo de Semana Santa, se está centrando en cierto pueblecito costero del Sur de España.... también la marea ha de descansar aunque sea por unos días y contra todas las Leyes Naturales... el mar...

*Gabi, queridísimo Gabi, le había echado mucho de menos, eso de no poder leerle se está convirtiendo en una penitencia.. espero que acabe tan pronto como acabe esta temporada festiva...

*A ambos, les agradezco sus visitas que alegran mis escritos. En nada les sigo contando...

Oleadas de besos auténticamente marítimos y saladitos!!

¡¡Viva el "pescaito" frito!!!