“Con este amargor tan extraño”.- Pensó- “¿venganza?”- miró el café- “Ni servida en frío se le quita este sabor amargo”. -Dejó con hastío la taza y periódico del día a un lado. -“No es divertido saber que he ganado si son tan fáciles de corromper, tan débiles, tan...¡bah!, ni siquiera me apetece planear algo malvado hoy”.
“¡¡¡¡Eva!!!!!, ¡¡¡¿¿llevas conmigo una eternidad y aún no sabes cómo me gusta el café???!!!”- Rugió-. ¡¡¡Me voy al bar de arriba!!!”. Batió sus negras alas y salió volando. Y el polvo de azufre de sus alas cayó al vaso.
(Serie 2. Relato 2)