En principio eran débiles percepciones, que fácilmente se podrían tomar como aquellas famosas primeras impresiones. El caso es que funcionaba, no tenía más que echar un vistazo, una mirada de soslayo e intuía con certeza la esencia de cada espíritu. Era algo así como una visión del aura, con sus zonas brillantes y sus zonas más oscuras, que normalmente se trataban de camuflar con el cuerpo físico.
Pero ahí estaba ella, pudiendo ver las miserias de todo aquel con el que se cruzase. Había mucha gente de aura negra, demasiada gente de auras violetas, grises y colores fríos contra pocas de auras blancas o colores cálidos y todos, eran delatados por su aura.
(Pensamientos del 28 de Enero de 2008)