jueves, enero 18, 2007

Estado en blanco

Dicen que no se puede escribir en estado de felicidad y desde luego él quería descubrir qué era la felicidad, así que se puso manos a la obra.

Se trataba únicamente de poder encontrar el camino que condujese a ese estado en blanco, de felicidad absoluta y lo extrapoló a un sencillo ejercicio: se plantó delante de un folio de ese mismo color. Permaneciendo allí, mirándolo fijamente. Pasaron horas. Nada. No pudo por menos que irse a descansar con la firme promesa de permanecer inmutable ante tan virginal adversario.


Probó nuevamente nada más despertarse. Los resultados fueron los mismos. No encontraba la felicidad y eso le preocupaba, pero lo peor era que contínuas imágenes se configuraban en su cabeza, figuras de distintas formas, personas de rasgos claros y precisos, colores preciosos casi indescriptibles, lugares recónditos, historias increíbles. ¿Significaría aquello que no era feliz?.

Trató de ignorar todos aquellas letras que se le amontonaban. De hecho, aquello no hizo más que empeorar. Había dejado de escribir por su "pequeño experimento" que ahora se transformaba en prueba hercúlea. No podía dejar de tratar de otorgarles fin a sus historias porque habría sido como dejar innumerables huérfanos, que nada más trataban de abrirse paso para llegar su destino... esa hoja de papel que ahora amenazaba con permanecer inmaculada para los restos.

Mientras trabajaba en su pequeña librería hacía terribles esfuerzos por no mirar aquellos tickets que debía entregar a los clientes.. esos pedacitos de papel que reclamaban su atención y exigían terminase sus historias, aunque fuese en los márgenes. Otro recibo, suponía un nuevo esfuerzo por controlar ese impulso que lo instaba a escribir.

La vez que tuvo que entregarle pluma en mano uno de esos papelitos que debía ser firmado, no pudo más, sujetó la pluma con firmeza salió a la calle y comenzó a escribir en cada papel que encontraba a su paso, con la única idea de conseguir llegar hasta ese papel en blanco. Pero lo cierto es que nunca llegó.

Se dice que le han visto, dejando notas en los bolsillos a los transeúntes con breves historias por las calles. Se dice que le han encontrado en bares y restaurantes, escribiendo en las servilletas, facturas y hasta en los delantales. Eso sí, siempre con una cara de felicidad exultante.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto me a ocurrido no escribo nada cuando me siento feliz, pero en cambio cuando estoy triste hay una marea de contradicciones, sentimientos y demás que fluyen y están ahí…

Saludos nena.

Unknown dijo...

*Querida Ixchel,

En realidad, la felicidad es distinta para cada uno y la forma de expresarla o de proyectarla también. Quiero decir que dicen que si uno es feliz no escribe o que por lo menos no es un estado especialmente creativo y yo no estoy de acuerdo.

El personaje del cuento nunca llegó hasta el folio en blanco y no podía dejar de escribir en todas partes y escribir era lo que le otorgaba esa felicidad.

Oleadas de besos.

Anónimo dijo...

De la felicidad es hablar de lo que deseamos...ciertamente nadie es feliz porque siempre pedimos más a la vida y esta nos va dando de todo...pero muchas ausencias y soledades..escribir sobre la vida deja poco para la felicidad si acaso si deja espacio a la esperanza...besos de mareas azules.

Anónimo dijo...

Mi experiencia personal es que se escribe con más profundidad desde la infelicidad, desde la inestabilidad, desde las sombras que desde la luz, al menos se refleja mejor el mundo de los sentimientos o con más intensidad.
Eso creo...
Un placer leerte, como ya es costumbre.
Besos marinos

Anónimo dijo...

Estoy convencida de que a mayor tristeza mayor belleza, sólo tienes que fijarte en las poesías y las canciones, parece que la felicidad no convence, nos identificamos más con el sufrimiento, como si nos negáramos a ser felices, parece que siempre falta algo.

Tu relato es pura belleza.

Oleadas de abrazos.

Adrià dijo...

Genial como siempre!..Ojala me escriba algo en una servilleta!
Discúlpame por las ausencias, pero últimamente nos están pasando muchas cosas..

Besos!

Unknown dijo...

*Querido Fernando,

Escribir es el “Estado en Blanco” del personaje de mi historia, es su felicidad porque no se agota el constante intento por escribir algo si no bueno, mejor. El deseo constante de rellenar ese espacio en blanco.

En cualquier caso no podría por menos que estar totalmente de acuerdo en que la esperanza es aliento de felicidad y el conformismo una jaula de oro en la que en muchas ocasiones se la condena.

*Querida MDM,

Creo que los momentos felices son los que inspiran a los tristes que normalmente se acompañan de soledad y contínuo intento de rememorar aquellos momentos. Entonces ¿qué estado es el que inspira a qué otro? ;)

Un placer sus visitas y el continuar con estas “pequeñas charlas”.

*Querida Niebla,

Tengo que acogerme a lo que he comentado un poquito más arriba... cualquier sentimiento bello es lo que nos hace escribir, aunque sea por su misma ausencia. La esperanza debiera de ser lo último que perdiésemos, sin ella, quedaríamos reducidos al presente, no habría enseñanzas de pasado ni la expectativa de un futuro, ni la idea de superarnos...

Le agradezco muchísimos sus palabras y me alegra muchísimo que le guste.

*Querido Adriá,

Usted no podrá quejarse, me consta que pasa por su casa en bastantes ocasiones y les deja unas gotitas de cariño y esperanza... ¡¡¡ a veces hasta por oleadas!!! ;)

* A todos, gracias por sus visitas, cariño que manifiestan con sus huellas, a sus cálidas palabras.... Oleadas de besos.

En breve pasaré a saludarles. ;)