jueves, noviembre 30, 2006

Desde la charca



No crean ustedes que se trata de un abandono, es tan sólo que una parte importante de mi vida ha tomado "vida propia", valga la redundancia, incongruencias, ya saben. Esta parte, normalmente secundaria, ha decidido absorberme temporalmente. Lucho valientemente contra ella y creo que la guerra no está perdida.. debo de admitir que puede que sí lo esté alguna que otra batalla, pero no sucumbiré ante la adversidad:

Como si de un maleficio se tratase, han aparecido algunas canas que en muy breve período de tiempo, se ha transformado en curioso mechón. La piel delicada de la
Princesa del Guisante, se ha transformado en una mucho más propia de la Princesa Fiona. Este comparción podría resultar tanto por las transformaciones de la última citada, como por lo que supongo podría ser el tacto de su piel. Eso sí, como le decía a un amigo ... “estoy algo menos verde”.

Elisabeth,
La niña de las Estrellas, no sé si la recordarán pero cualquiera que tuviese tele en los 80 sabrá de que hablo, pues ella, a mí lado, no tendría nada que envidiar: hemos envejecido de un batacazo al mismo tiempo y se nos ha caído la piel a formas iguales. Eso sí, lo mío sin especiales poderes mentales...

Así que queridos todos, perdónenme si estoy algo despistada en este nuevo ambiente de mi charca. Donde disfruto rebozándome en el fango y las moscas ya no molestan porque me las papeo tras disparar un lengüetazo relámpago.

Estaré con ustedes tran pronto mis dedos de anfibio me lo permitan volviendo a su estado originario. Mientras, creo que me tomaré una cerveza así tomarla con pajita fuese necesario.

martes, noviembre 28, 2006

Cubierto por la herrumbre


Cubierto por la herrumbre.

Así tenía el corazón cuando consiguió recuperarlo. Bueno, en realidad lo encontró en un estante. Lo había dejado allí porque ese soniquete le hacía enfermar por las noches haciéndole padecer un insomnio imposible.

Pero ese corazón tenía una memoria..


Corazón oxidado
Fito & Fitipaldis


Todo se derrumba y es tan fácil
Todos mis castillos son de arena
Todo lo que sueño es tan frágil
Todo lo que bebo es tu ausencia
Y mi pobre corazón de hierro
Se me fue oxidando con las penas
Este tengo sueño y no me duermo
Este fuego que ya no calienta
Todo lo que canto es tan estéril
Todas las canciones son la misma
Muy pocas personas, demasiada gente
Diferente sangre de una misma herida
Mi pobre corazón oxidado
Mi pobre corazón encogido
Mi pobre corazón todo el daño
Mi pobre corazón todo lo bueno vivido
Mi pobre corazón lo mas malo
Mi pobre corazón lo divino, lo valiente, lo cobarde, lo esperado, mi virtud y mi defecto, mi barranco y mi camino
Mi pobre corazón no importa que sea pequeño
Mi pobre corazón siempre te hecha de menos
Mi pobre corazón que no le caben ya las penas
Siempre que me duele me lo llevo de verbena
Mi pobre corazón que me mantiene con vida
Mi pobre corazón siempre la luz encendida
Mi pobre corazón que a veces quiere salir
Mi pobre corazón que está enganchado al speed
Mi pobre corazón en directo
Mi pobre corazón en domingo
Mi pobre corazón en pelotas
Mi pobre corazón en Fa sostenido
Y mi pobre corazón se me fue oxidando
Y mi pobre corazón no ves que siempre está llorando


(Si seguimos así, este cuento podrá ser bien cierto cualquier día de estos)

jueves, noviembre 23, 2006

Quisiera decirte

Tú: "Qué difícil es a veces poder hablar con las personas que queremos. Qué difícil resulta que las palabras sean las adecuadas, no herir, que las palabras sean entendidas como son, no interpretadas. Que no surjan rencores ni viejos dolores. No tener miedo a perderte y que entiendas que estoy".

Yo: "Quisiera decirte lo que me gusta y poder decirte también lo que no . Sin miedos, sin confrontaciones, sin heridas. No debiera de haber dolor ni daño en un beso, como no debiera de haberlo en la palabra que se dice con amor. No me ocultes, por favor, no me engañes, porque yo, me muestro como soy".

martes, noviembre 21, 2006

El mundo de Diógenes

~Otro mundo~
M. C. Escher

“Síndrome de Diógenes, en referencia a Diógenes de Sínope, un filósofo de la época de Aristóteles famoso por preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades.

Suele darse en ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las dificultades económicas o la muerte de un familiar, y sobre todo, la soledad.La posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras profesionales brillantes”.


Ahora tumbado en un sucio colchón desnudo, miraba extrañado a su alrededor. No podía recordar el comienzo de aquello. No podía recordar el comienzo de nada. No podía recordar ningún comienzo.

Movió ligeramente la cabeza sólo para alcanzar con la vista algo que le revelase el por qué de aquel estado y fijó su vista en la primera figura que estaba más próxima, justo a la altura de sus ojos... parecía porcelana, tal vez un jarrón. Sus ojos permanecieron fijos en él, concretamente en una grieta casi imperceptible, como la que padecía la memoria de su pasado.

No poder recordar el momento de su adquisición, tal vez la encontró.. no, recordaba un viaje, un joven apuesto, lo compró para ella en una carísima y lujosa tienda de antigüedades. Sí, algo recordaba. Y nuevamente una bruma.

Un destello. El de aquel broche, lo recordaba sujeto en su cabello, en el de ella. Lo había guardado recelosamente, para mantener su recuerdo. El reflejo de la luz en aquel espejo. La niebla volvía a concentrarse en sus pensamientos. Un libros, las cartas, su inciensero.. todos amontonados, todos secuestrados en esa habitación. Se volvían nítidos unos segundos, hasta que el dolor se empecinaba en emborronar nuevamente los lamentos.

Un rebelde rayo de luz cruzaba el cuarto. Recuerda. Un haz de polvo hasta aquel espejo y volvía a ver suciedad, partículas que flotaban eternamente estancadas en pleno vuelo. No podía recordar cómo había acabado en aquello.

Sabía que no había querido olvidarla y había tratado de mantenerla viva atesorando todos esos objetos. Había convertido su casa en el cementerio de los recuerdos. Tantos años en ese mausoleo le habían convertido en el guardián del mundo del recuerdo de los muertos.

No podía abandonar aquel lugar, porque nadie más que él la recordaba. No le faltó valor para seguir, únicamente tomó la decisión de embalsamar su vida para permanecer siempre juntos. Y por fin, cualquier cosa que se lo recordase acabó por almacenarse creando nada más que suciedad en los recuerdos, confusión en su memoria. Y así fue como le encontraron momificado en sus sueños.

jueves, noviembre 16, 2006

Rostro de vos


Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón
tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto y por sabor
sin un temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos
estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición
mis huéspedes concurren
concurren como sueños

(Mario Benedetti)

~ Les ruego disculpen este paréntesis en mis relatos, que creo habría de titularse "Semana Homenaje a Benedetti" o tal vez sea un homenaje a "El lado oscuro del corazón"... Espero que lo disfruten en cualquiera de los casos ~

martes, noviembre 14, 2006

Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.


(Mario Benedetti)

viernes, noviembre 10, 2006

Vamos a contar mentiras


Vamos a contar mentiras...

Hubo un tiempo en el que existían los señores de la guerra cuya gran misión considerada como imperativo divino para ascender al mismo grado de divinidad era, únicamente, guerrear.

Fue entonces cuando todos esos semidioses, decidieron que era su momento, el momento de ascender hasta los cielos y como los dioses verdaderos no les permitiesen el acceso, decidieron crear sus propios imperios. Triste y esperpéntico reflejo de los Imperios Celestiales.

Hubo un tiempo, en el que esos imperios terrenales pelearon por ser un único imperio.

Hubo un tiempo en que esos Imperios se destruyeron por esa lucha de vanidades de los amagos de dioses.


Hubo un tiempo en que esos aspirantes a dioses, tras haber recabado todos los tesoros posibles en sus saqueos divinos, siendo dirigidos por su insaciable sed de destrucción y codicia, se marcharon lejos en búsqueda de otras tierras y dejaron tranquilos a los mortales.

Ahora, vivimos en paz y ese mundo de fantasías de los semidioses no es más que un sueño.

martes, noviembre 07, 2006

Alegoría del calcetín


Dudas trascendentales.

Si me consta que los calcetines se compran por pares, uno se los pone por pares, por pares se los quita y en mi caso por pares son introducidos en la lavadora (¿será la venganza de Siemens?) . Si contra aquello de comprarlos todos del mismo color para que en caso de quedar alguno desparejado no se note y no haya mayor problema, yo los compre de colores bien originales para que sea fácil la localización del cónyuge.... ¿cómo es posible que tenga un extraordinario repertorio de estupendos calcetines coloridos con diversos motivos y todos sin pareja?.

Voy a ver si pongo de moda el uso de calcetines distintos para cada pie, como ya hiciese cierta “prestigiosa” marca de zapatos.

Ahora entiendo eso de “me siento como un calcetín”.... a
legorías de la vida.

jueves, noviembre 02, 2006

Mi niña gitana

Mi primera niña fue un capricho muy cercano a la obsesión de una cría, como tal, no creo que estuviese preparada para cuidarla y mimarla como se merecía. Me avergüenza decir que fue en un enfado contra la humanidad –contra un humano concretamente—cuando decidí entregarla a otras manos que parecían poder atenderla como se merecía. Aunque me consta que así fue, he lamentado tan terrible y drástica decisión muchos días, casi cada uno de los que ha pasado desde entonces.

Después de este acontecimiento, no me permití tener ninguna otra que la sustituyera. Creo que este hecho fue como autocastigo por ese acto que siempre consideré como algo indigno para ella y desde luego, como mínimo, vergonzoso para mí.

Mucho tiempo más tarde, durante cierta mañana de agradable solecillo invernal en la que iba camino a la compra (este detalle entre muchos otros, son los que otorgan veracidad y también eliminan todo poso de “glamour” a esta historia), observé con asombro que ante la puerta de un portal estaba sola y sucia mi actual niña. Parecía una gitanilla que hubiesen dejado olvidada.

Por si la impaciencia me hacía cometer, por confusión, un secuestro, esperé algún tiempo por si no hubiese sido más que un descuido de cualquier vecino o transeúnte, pero pude confirmar la sospecha de la primera impresión: alguien la había abandonado a destino.

Por supuesto, olvidé toda actividad que tuviese organizada para aquella mañana y me dispuse a recogerla y cuidarla. Ese mismo día fuimos juntas a casa, me encargué de limpiarla, mimarla y buscarle aquello que le faltaba.. tan solo unas cuerdas para escucharla.

Desde entonces, tenemos muchas charlas.